Sin perder la esencia que le ha conseguido situar como uno de los sitios de referencia en la zona, se le quiso dar al espacio un nuevo toque sofisticado y moderno a la vez que crear un espacio cálido y una atmósfera que haga sentir al cliente como en casa.
El proyecto pasó por mantener ese ambiente acogedor y desenfadado que se respira en las sidrerías típicas del norte de España, dando al mismo tiempo un toque mucho mas fresco y elegante mediante un cambio de estilo que incluyo un cambio de color en paredes y la introducción de artículos de decoración que dieran un toque distinguido y refinado, cuidando siempre los detalles al máximo.